Desembocar

desde cuándo nos quedamos

en el relámpago inquieto

que prefiere el desenlace para

no desenredar el hilo de

señales que parecen rebotar

por entre cuentos 

de piratas del impulso nómada y

acariciar otra vez tu lado de la cama y

hay una sombra para

nativo de fuego 

que le robaron el barranco

por cuál pájaro me cambiaste

si el jardín del secreteo 

ya estaba desenvuelto

en bandadas mixtas 

¡ay!

son hondos los cielos 

de tu olvido.







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