Lo dejamos así

El aire pesa más que otras noches, las gotas se disparan en la ventana y se inventan cuadros muy de la lluvia, muy de los miércoles, muy de las motos que adelantan por la derecha y no logras frenar a tiempo, te putean, ojos rojos, cascos con dragones y entonces hijueputa dice el que maneja. El frío se come los edificios, preparo mentalmente una conversación con el acuario hecho ciudad pero eso pa' más luego, el frío eterniza la palma de cera que tengo al frente, la mueve como en una foto borrosa, la diminuye, vamos disminuidos por la ansiedad que come frío y el frío vomita, vomita gente, señas de la empinada sensación de no avanzar, de nadar en un estanque de arena ni siquiera blanca, ni siquiera azul, ni siquiera nada. A renglón seguido hay una tabla que se cae, se cae, sólo se cae y dejemos hasta ahí y no hablemos de las gallinas que ocupan el patio que simula una escena de una película oriental lenta y tienes un bosque en llamas en la cobija, cuatro cuadros abajo, puedes caer por ahí, puedes esconderte, puedes hundirte, repensar tus desdobles, los dibujos que no publicas, las razones que te endosan la tontería, la desidia. Mueres en dos bostezos, llegas tarde a una caricatura a media tinta, no eres nadie, no impulsas nada, no lees porque todo parece un horóscopo repetido a la potencia de millones y millones de veces te he dicho que la lluvia es un ser vivo y pues el aire. El aire, es que el aire, el aire, así no más, dejemos así esta noche, así este aire, así esta lluvia. 

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