El club de las estrellas de mar.

A las 9 de la noche ahí afuerita. El botello con show tanto, la Póker tanto y la Club tanto, nos recibió el que saca a los borrachos. Vamos cuatro. Cédulas. Corrredor de lucecitas que titilan, amarillo, rojo, mucho rojo, azul, verde. Cenefas de ladrillos. Una estética extraña, como licuada. Entramos. Tres mesas ocupadas si acaso. El aire acondicionado dispersa el olor a ganas, a látex, a babas. Aquí están más cómodos con media y show, dice el mesero. Antioqueño. Casquitos de naranja, crispetas, agua con hielo. No tomo porque manejo, dice él. Andrea, anuncia la voz del Dj. Todo está pintado de azul marino, hay sirenas, pulpos, estrellitas de mar por todas partes y en los senos de algunas sirenas, las que no olvidaron ponerse el sostén al salir. Star Club dice por allá, por acá, en neón, en pintura. Pienso que es un club de estrellas como ninguno, van por ahí las estrellitas fugaces tristes y con nombres artísticos.

La trae un mesero de la mano. Ella viene de enfermera. La cruz roja sobre su sexo. Natalia, mucho gusto. ¿Para quién es el show? - Para todos, contestamos. El dj fue de salsa a electro. Bum bum. Ella en el centro. Sepárense un poquito por favor. Bum bum. Empezó conmigo. Baje los pies bebé, me dice. Sube su botín al mueble, me cruza la pierna sobre el tronco. Bum bum. Está bailando sobre mi rostro. Huele a lavanda, creo. Su piel en aceite, sus cejas delineadas bum bum, los ojos negros, la cruz roja se sacude. Bum bum. Todos miran. Ahora está bailándole a él. Se le sienta en las piernas, roza y roza. Sus manos en la rodillas. Se para. ¿A ellas también? Sí, claro, decimos. Les pone igual la faldita en la cara, luego se la quita y ahora en tangas se menea. Vuelve al centro, pero la coreografía se siente mecánica. Ensayada, su cara es una hoja en blanco, no está ahí, está en otro club, con otra gente, hablando y no bailando. Se quita el top. Se quita todo. Esta noche parece que todo está hecho para diminutivos, traguitos, teticas, culito, sexito. Hay un rastro de una cesaria en el vientre. Está sobre mí, de espaldas. Samantha, se lee en su tatuaje tribal donde comienzan las nalgas, quizá es su hija. Rotación, va por todos. Terminó, recogió su ropita. Gracias.

Luciana, Alejandra, de nuevo Andrea, anuncia el dj. Sombras detrás de las cortinas de arriba. Exit. Chicas sentadas en la entrada, mármol, un tubo y una dueña, muchas dueñas. 

Nos fuimos. Atrás las sirenas, las estrellas y los fluidos. Atrás el mar. 


Comentarios

  1. "Esta noche parece que todo está hecho para diminutivos, traguitos, teticas, culito, sexito"

    -reguetón, electrónica, reguetón. Y se inspiran, tal vez. Pero bailan hacia la nada y miran hacia el edén.

    Bonito relato e inspirador club de las estrellitas de mar.

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