Del otro lado.

Estás preocupado porque te pica todo el cuerpo y no te salen dos oraciones con sentido. Andas molesto con los semáforos, la falta de oxígeno y los corredores de bolsa. Extrañas la respiración honda, la seguridad de una caricia y la sábana entre otras piernas. Vives formando escenarios que ya no son posibles, construyes mujeres de papel y se te llena de callos el corazón. Corres pero no avanzas, comes pero nada te satisface, duermes pero no sueñas, escribes pero sin fuerza, sin propósito, con desgano. La sal se evaporó del plato, el jugo está simple, no hay servilletas. Sientes que la silla no es la silla de antes, que sentarse es una sensación desconocida, que una cometa sabe más que tú sobre dejarse ir, sobre enredar la piola y desenredarla. Apagas la luz, cierras los ojos, no activas la alarma. Vas a dejarte abrazar por la oscuridad, la posibilidad absoluta de la imaginación y vas a construir un túnel, de un kilómetro aguanta. Nos vemos del otro lado, allí nos miramos, espero reconocerme. 

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