Amores frutales

  
Desprendo todos los botones que imaginariamente
 he puesto con delicadeza  desde tu cuello hasta  tu vientre.
Bueno, olvidé decirte que te he llevado al árbol más alto,
más cómplice, más copas más vino y subimos el libro de poemas que te regalé para que te defendieras
del hijo cascarrabias que engendramos en luna llena ..

¿Lo calculaste? 
¿Ya lo sentiste?
Quema...¿verdad?
Así se siente cuando imagino que caemos del árbol,
que planeamos una visita inesperada al rincón de los silencios...
shhhhhh
shhhhhh
shhhhhh

¿Puedes oírlo?
Es el sonido de una puerta entreabierta.
¿Quién crees que se esconde tras ella?
¿Serán los otros?
¿Los parecidos?
¿Los idénticos?
Espera un momento...¿sentiste el aroma que viene de allí?
Es justo a lo que hueles cuando nos imaginas en algún
lugar perdido entre el nunca jamás y el triángulo de las posibilidades. 

Está bien divagué un poco entre las señales incorrectas, 
perdí la brújula del sentido común, pero no te afanes ya sé que estamos de nuevo en el fruto deseado
(no digas a nadie que dije deseado y no prohibido), sigue por el sendero
que nos dirige a la cascada oculta, a nuestro propio jardín secreto,
sigue caminando y encontrarás un cofre lleno de dudas,
pero también de certezas y cierto es que no puedo imaginar un árbol
que no te reciba en lo más alto, no puedo ya conocer un diluvio 
que no te moje hasta cansarse. 

...volvimos al árbol y venimos del último poema mal leído,
llegamos, llegamos juntos, con las manos a la altura de los bolsillos,
con el paladar lleno de piruetas,
pensando en que nos recogeremos al caer
y nos comeremos la semilla. 

Comentarios

Entradas populares