De la serie: Cosas de mariposas y otras güevonadas.

Capítulo XXIV: Empezó septiembre


Por: Daniel Alzate
@CiertoZarco

Él le respondió:

"De nada sirvió encontrar un lugar desconocido porque hasta allí llegó el tiempo a torturarme. Y el sabor aún no extinto de tus labios y el corrosivo aroma de tu sexo en mi nariz y los sudores que murieron en mis manos, también tomaron café en mi cocina. Vomité 14 días seguidos y no me pude sacar tu ardor en el estómago. Cavé en mi almohada casi 33 noches y no pude erradicar un solo sueño. Sometí la ventana a un duelo de miradas mientras afuera llovía y tronaba y la cama estaba caliente pero fría recordándome que no estabas ahí pero que si estuvieras sería peor pero sería emocionante pero lo emocionante casi me mata la última vez que lo probé pero me encantaría morirme probando de nuevo una gota de ese amor demente que me das y que te doy cada vez que nos amamos en la noche cuando contamos carros pasar e inventamos nombres a las cosas que no conocemos y entonces sabemos que nada va mejorar porque en la mitad de los pulmones y más arriba del estómago sentimos una presión extraña de que todo se caerá con un empujón leve. ¿Que respire?... Aguanté la respiración dos días debajo del mar y no llegaste. Se ahogó el deseo. Deseo ahogarte para siempre en el olvido enfermo y mezquino. Ya es septiembre y ya no eres."

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