Esperar-se

"...el espejo no es tonto / aquí y ahora

sabe que hay una ley inexorable, 
el día en que él se muera,
me moriré con él."
Mario Benedetti.

Génesis 
Una noche cualquiera frente a un espejo cualquier, un hombre no cualquiera en no cualquier momento de su vida, se perdió mientras se ganaba.

- ¿Hay alguien del otro lado?
- ... ¿tanto he cambiado? 

Sin alargues

El hombre entró decidido a intercambiar palabras con el espejo. Se asustó. Descubrió que ya no era el mismo de hacía dos segundos. Se volvió hacia la puerta, pensó en qué hacer y regresó a paso lento. Ahora no era el mismo de hacía 6 segundos. Desesperado se internó en la búsqueda de sí mismo. 71 años después aquel hombre seguía allí parado ya casi sin poder moverse mirando al espejo. Persiguiendo el reflejo de lo que nunca encontró e intentando congelar el movimiento del ser fugaz que pasó por él años atrás. En esas, el silencio le dedicó unos minutos a la caída del cuerpo y frente al espejo ya no se veía a nadie. Ni siquiera una esperanza de alguien. 

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