Carpintería hormonal

Matemos al tiempo para que el tiempo no nos mate.
Lleguemos sin prisa para que la ropa caiga lento.
Entremos en la esquina del alma en que eres un aguacero,
una sombrilla azul de pepitas blancas que se le entra el agua,
una intención desesperada, un estómago revuelto,
una mariposa disecada y un ovario dispuesto.

Calmemos nuestras playas en el mar de tus silencios incómodos,
volvamos cómodo el árbol para nuestros encuentros,
encontrémonos en la ye donde todos se pierden,
perdámonos en las señales que indicaron curvas peligrosas,
peligremos de ser lo que no somos,
pues seremos otros si al fin nos queremos.
Y quiéreme con puntillas en el alma,
que yo te querré con bisagras en el corazón. 

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