Atletismo emocional

Y corrió y corrió y corrió y no se detuvo. Y luego siguió corriendo a pesar de la vida, de la lluvia atortolante y del terreno resbaloso y de los semáforos y de los carros y de los peatones distraídos y también de los atraídos y perdidos y de los recuerdos y del humo y de la moneda de la suerte y del casino donde se jugó la herencia y del motel donde asesinó a su esposa y al esposo de otra esposa. Corrió a pesar del café que se enfrió, de la cita incumplida, de la nostalgia de una nota sin remitente en el baño de mujeres y del amor a tercera vista y del fallo del juez que condenó a 400 años de prisión al hijo que mató a su padre por defender a su madre y al niño que confundió una serpiente con un juguete y al perro que ladró tanto que se quedó sin voz y canceló su membresía en el club canino y escribió un artículo molesto porque al gato lo consideraran más amigo del hombre. Corrió a pesar de los colores, de los dedos índices, de las puntillas en la pared, de los ladrillos mal puestos, de los obreros con hambre, de los hambrientos de amor, de los rencorosos y de los imbéciles. Corrió sin pensar en las angustias del mar toreado y continuó sin detenerse hasta sentir la sal en sus hombros y en sus caderas y en sus narices y ojos y yemas y lengua y ...

...corrió hasta que se convirtió en el mar y ahí empezó a nadar en la eternidad. 

Correr para nadar. Nadar para vivir. ¿Vivir para qué? /@CiertoZarco

Comentarios

  1. Hui....a pesar del café que se enfrióooo :O moriré...vos siempre daniel buen texto me encantó

    MaRuja

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