Nada que ver
Afuera la lluvia hace el sonsonete uniforme,
que bien podría ser una contienda de bravucones.
Adentro el estómago insiste en no darse por vencido.
Su compañero de arriba le sugirió
que hay algunas ideas en carrusel.
Arriba los nostálgicos del parque,
Abajo los que juraron cielos y entregaron infiernos.
¿Quema?
No, la inmunidad se hizo consciente.
Blancos para no entender nada. Sólo fluir.
Negro para castrar las posibilidades. Sólo no fluir, no río, no piedras.
¿Nadas?
No, gracias. Prefiero caminar.
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