Mis colores...

Una mezcla mal empacada de pigmentos...

Mis blancos son esos momentos melosos, en que no quiero ser nadie más y en que me siento en la vía láctea tomando mucha leche y sonriendo con una linda chica a la que le haría el amor con gusto en una linda estrella de dudosa sexualidad.

Mis negros son esos instantes opacos de la existencia. Esos domingos rasgados por la nostalgia. Esos lunares, esos defectos. Los momentos en que añoro ser otro y comprar una máscara permanente. Unos negros clandestinos, sudorosos y sexuales. 

Mis azules son mis puntos máximos. Mis nubecitas queridas. Mis estados de trance. El azul es el acuario en el que navego con gusto, es el cielo al que le tiro piropos. El azul es el color del mar y el mar es el ser vivo más sabio del mundo.

Mis verdes son los estados líricos. Esos prados en los que quisiera decir un par de cosas. Esas montañas cargadas de años y de palabras. Esos musgos que quisiera tocar en una tarde de lectura.

Y el rosado, alude a mi personalidad sensible. Algunos la ven como débil, sin carácter. Pero el rosado es el que me permite soñar. El que permite que las hormigas sean para mí, más valientes que los leones. El rosado me hace sentir como un delfín del amazonas que en vía de extinción intenta procear con una linda delfín rosada que le pica el ojo debajo del agua.

...

Los colores que dejo de nombrar, me llaman un martes en la noche para pedirme el reclamo. Los calmo y les digo que todo bien, que yo soy un tipo extraño y que en otra ocasión les dedicaré mi epitafio. 

Comentarios

  1. ¡Quiero saber como son tus rojos sin llegar al epitafio!

    ResponderEliminar
  2. Aunque también quisiera saber como es tu rojo, sin duda no hay nada mejor que tu rosado! A.

    ResponderEliminar
  3. Sin que coloques el rojo...

    ResponderEliminar
  4. Buscando pinceles y quien te pinte... claro.

    Esa búsqueda poética del ir y volver, precisa más carpintería, mas sin duda se nota el crecimiento. Siento más afinidad con esta suerte de ligazón que con tu prosa dicotómica.

    Y a tanto más, que le llegue su menos, cuando menos lo esperes.

    ResponderEliminar
  5. Y ya son años los que nos han facilitado hacer una distinción precisa de nuestros matices. Todos los días tienes uno nuevo, ven y déjame ver cuál es el de hoy, ven y te dejo ver un poquito el que me he puesto por estos días, ven y no te vayas nunca.

    Sigo siendo A.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares