De la serie: Cosas de mariposas y otras güevonadas

Capítulo XIII: Una invitada especial.

Por: Una anónima atrevida, valiente y sensual

Yo generalmente no escribo sobre sexo, lo tengo y con eso me conformo; sin embargo no hace falta ponerle un poco de picante a mis letras, ya sabiendo que se vuelven anónimas y que no pasan de moda porque se quedan en la memoria de aquellos que lo han vivido como se tiene que vivir: bajo la mirada de un bombillo sucio a medio prender que despide sombras uniformes en torno a un juego reñido de Twister. Así es el sexo conmigo señores, sin tapujos sí, pero con disgustos también.

Tener sexo con una twittera es cosa seria. Si no que lo digan @DíasDePerdición, @NegAltiva o @Maria_lola quienes no paran de mover su cabeza para mantener contentos a sus lectores, imagínese ahora durante el coito, el momento cuando uno quiere tirar más y más rico se convierte en un prolongado tiempo para construir el #TweetOrgásmico que pueda describir la situación. #NoMentiras, pero no se quedan atrás.

Terminado ese entrometido paréntesis de sexo twittero, puedo contarles que las mariposas se sienten en la triste etapa del enamoramiento (aquella que dejé de sentir hace tanto tiempo) y que duran muy poco, o muy mucho, eso depende de la follada, y esa es la incómoda verdad. “Todo está bien en el corazón siempre y cuando estén bien en la cama” lo demás son pendejadas.

Hace poco conocí a la ex novia de mi último polvo triste. Es bella, es versátil y tiene ají en la boca. No me sorprende porque las mujeres cada día están más liberadas y eso patéticamente me resulta excitante. No sé si he encontrado la cura para el mal de amores, lo que sé es que a mi chico no le sobra mano para tirar como quiere, pero le sobra para ponerse los pantalones. Ya basta de conservatismos, de godos y religiosos plásticos.

Esta noche mi confesión pasa a un terreno profundamente mágico y terriblemente dramático: me quiero follar a la chica que me destronó, porque es fácil hacerle perder la cabeza, porque es fácil que piense en ella desnuda y no pueda dejar de sentir curiosidad, porque a pesar de todo ella ni siquiera sabe que es, y ser es todo para mí.

Ahora piensa quién será.

Comentarios

  1. Nuestra invitada refleja un cansancio por lo tradicional y se desinhibe muy seductoramente.

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