No hay un final aún...

Al verlo meditabundo y perdido en el letargo, le pregunté a Francisco qué lo tenía así (aunque yo ya lo sabía). Según él, no le pasaba nada. Para mí que le pasaba todo.  

- ¿Por qué no admites que es ella quien se roba tus pensamientos en este momento?

- No es sólo eso lo que me roba... me contestó Francisco con firmeza.

- Mmm...y cómo es que ella se convirtió en tanto en tan poco tiempo?...

- No lo sé. Me lo he intentando responder miles de veces...

- ¿Qué quieres decir con eso?...pregunté extrañado.

He aquí lo que me respondió:

Hace pocos meses, no era nadie en mi vida. Sus pasos estaban lejos de los míos, sus labios eran ajenos, su corazón estaba sereno y seguro de sí mismo, y su felicidad estaba armada. Bien armada.
Mi vida andaba bien. No puedo quejarme. Me sentía bien, pero no extraordinario (pensé que tal cosa no existía, pero ella me demostró lo contario).

Después vino el destino y la puso ahí. Estaba en frente mío. Indefensa, inofensiva. Ajena pero muy deseable. Motivo de un gran riesgo y puntada final de una relación herida por todo lo que no alcanza a curar el tiempo y le toca hacerse cargo al olvido.

Se empezó a navegar en aguas inseguras, temerosas. Y no hay nada que me haga temer tanto como el miedo. Le atribuyo culpas a mis esporádicos pronósticos de que las cosas podían salir mal. Pero me alentaba, entre otras cosas, que había tomado una decisión difícil. Había saltado de un barco hundiéndose, para montarme en otro. Lleno de ilusiones pero infestado de miedos. Pero no importaba nada. Si la besaras entenderías un poco de qué hablo. Sé que ella lo sabe, sé que yo lo sé. Y con eso me basta.

- ¿Por qué presiento que no hay un buen final de la historia, Francisco?

- No hay un final aún.

- ¿ A qué te refieres ? 

...

Ya comprobé que hay fantasmas de carne y hueso. Que la vida está llena de infortunios y de oportunismo, que el camino se cruza por desventajas y ventajas. Que saberse aprovechar suele ser viveza. Que no hacerlo suele ser torpeza. Nunca quise decir nada que pudiera perjudicarlo a él. Mientras que sé que él sí lo hacía. Pero era apenas entendible. Le había quitado el soporte. El cual en principio apartó de sus planes, y al ver cómo se le perdía entre otros labios, quiso poner en riesgo todo con tal de verla de regreso.

Ahora puedo decir que él y yo tenemos algo en común. No puedo soportar nada sin ella. No puedo ordenar nada si me faltan sus besos. No consigo dormir sin volver a ver cuando sus ojos me hablan. Ya no entiendo qué es lo que siento, sólo sé que no quiero ir a ningún lado sin ella. Que quiero luchar hasta perderlo todo. Que ella hace que haga cosas que nunca pensé hacer. Que hace que me deje llevar. Que flote.

Hoy puedo decirte de nuevo, que si estar contigo no es el paraíso, se le parece mucho.

...

"...Nada es complicado a tu lado,
Sigo siendo libre,
Estoy irreconocible desde que te conocí,
Más vivo, más sensible,
Porque estás aquí,
Contando tus segundos junto a mí,
Y esto lo escribí pensando en ti,
Porque te quiero,
Por encima de cualquier pero..."

Amor libre - Nach

Comentarios

  1. Hola Daniel:
    Leí con mucho cuidado "No hay un final aun". No sé si es suya o no. Sólo quiero decir que es tan sensible, tan plena de emoción, que me quedé sin palabras al final. Sólo ahora acierto a escribir estas palabras. Es un texto de gran calado.
    Estaré leyendo y comentaré luego.
    Un abrazo

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