Cartas a mi abuelo

Con la voz quebrada...

Hoy tengo unas ganas estomacales de hablar contigo. De contarte mis triunfos, mis fracasos. Eso de lo que no estoy orgulloso para que te quedes mirándome con todas las respuestas en tus ojitos entrecerrados. Hoy quisiera que me susurraras al oído que no me vas a faltar nunca, que siempre estarás cuando me caiga y cuando me resbale ante lo más mínimo. Hoy eres mi única posibilidad, mi aire más humano, mi verdad más dulce y mi sueño más abstracto. Hoy tengo ganas de que me pintes desnudo y frágil y de que te rías para sanarme. Hoy sólo espero por tus abrazos, por tus silencios, por tus ausencias.

No me faltes esta noche. Ven y me das un apretón para despertar con otros sueños, danzando en otro horizonte menos disperso y menos perdido.