Modelando la tristeza

El día en que mi hermano fue mi baño de lágrimas / @CiertoZarco
Invocó las secreciones salinas,
para que se confundiesen entre el agua caliente.
Interrogó las rodillas,
las muñecas y los mechones ajustados,
 pero la humedad clausuró los resultados.

Cedió ante las esquinas profundas del alma en claroscuro,
entregó la desnudez como prueba de liviandad,
dejó que el teléfono sonara en planos últimos,
ultimó los planes para colgarle a la conciencia
y taponó el sifón de cáscaras y remiendos.

No se levantó y las gotas mutaron al óleo.
Dejó de respirar y se modeló la tristeza.
Apuntilló la imagen fetal en la eternidad
y en los pigmentos un olor a 'no supe nunca',
un dolor de 'no sé por qué'
y un sabor ocre a tierra, agua y llanto.



Comentarios

  1. Es el olor inconfundible de una tristeza permanente. Tintes de una soledad impenetrable que no deja puertas abiertas. Ese baño de lágrimas al que huimos y que, finalmente observamos gota por gota hasta dejarnos ahogar.

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  2. excelente, me encanta, muy profundo.

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