De la serie: Cosas de mariposas y otras güevonadas.

Capítulo XXII: Pasaje corto: ‘…y otras güevonadas.’
Por:  @AnaBoteroT

La oscuridad, la neblina y la espesura de un bosque sin luna, extienden sus brazos sobre mi cuerpo desnudo. Me atrapan sus ramajes mientras intento escapar. Quisiera sentarme al lado de la luna. El arco iris se despliega – ¡Momento! Es de noche. ¿Cómo es posible? No es el efecto de la marihuana.- Ayer me dolían los brazos de tanto volar.

Estábamos en el bosque. Retomemos. No hay nada más que decir sobre el bosque; excepto que mientras caminaba con mis pies desnudos, el pasto y la tierra se convirtieron en agua. Como no sé nadar, terminé levitando.

Toda esta mierda para decir que la vida nada tiene que ver con bosques. Al menos la mía no. La vida está llena de estupideces, así como éstas, invadida de fantasías y de lo que nunca será; de lo que no tiene importancia, de cosas sin final, no como en las películas y los libros. La vida se torna a ratos como un vaso de agua cuando no hay calor ni sed. La vida surge como esto: un montón de estupideces convertidas en palabras.

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