Historias de la nada II


No es que sea un comienzo, pero debo comenzar diciendo..

...que la continuación no es el producto de una motivación editorial. No es asunto de pretender vanidad frente a la nadería, tampoco es una forma de sentenciar lo inasible. Es todo lo anterior envuelto en papel celofán y un moñito así todo tiernito, así todo "no mato una mosca, pero si se descuidan las mato todas...".

Sucesos insólitos.

El muerto estaba retrasado. Al asesino ya lo estaban esperando en la casa y llamó al muerto para que se apresurara pues no tenía todo el día para matarlo. ¡Oe loco, llegue pues que me están acosando en la casa! - Sí, ya voy. Es que he tenido un día todo azul, todo "ya no me quiero morir". - Hermano, pues usted sabe que esta cita es inaplazable, acuérdese que usted se tiene que morir exactamente en veinte minutos. -Sí, sí ya sé. 

Cuando la policía llegó, el cuerpo yacía sobre los pies de una señora que lloraba y lloraba. Uno de los agentes se acercó y le dijo: Señora, no llore. Estamos hablando con el asesino y él nos dice que en dos años lo van a matar en una riña callejera, que se espere un poquito.

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